Benditos sean los tuertos que no quieren ver visiones, los muertos que se mueren con las ganas. Benditos sean los ceros a la izquierda, los que nacieron en ningún lugar, las damas que se llaman Soledad, el sable del sablista, la caries del dentista, los buenos aires, los malos maridos, las drogas veniales, la sopa delcocido, los listos que parecen subnormales, los que pudieron sery no han querido, los descendientes de los animales. Malditos sean los justos, los sumisos, los que tiran penaltis de cabeza, los que para mear piden permiso, los súbditos del dios de la certeza, los que adornan las notas de sus hijos, los canallas quenunca han roto un plato. Maldita sea la voz de la experiencia, que casi se equivoca a media suma, la pipa de la paz, los “oiga, que en mi taxi no se fuma”, los que se mojan poco cuando llueve, los que sonríen en las fotografías, los que progresan porque no se mueven, los de la escandalosa mayoría, malditos sean, malditos sean. Benditos sean los tímidos que salen respondonas, los farias con saliva, los gallos de las divas, los callos de las piernas de las cojas, las amapolas rojas, los récords que no salen en los Guiness, los cínicos que lloran en los cines, los trévoles de tres o cuatro hojas, los tristes que se rien de la tristeza, los ricos sin dinero, los vagos con peraza, los últimos que llegan los primeros, los calvos que se quitan el sombrero ante la dignidad y la belleza. Malditos sean los tontos con medallas, los hijos de mamita, la letra pequeñita del contrato, la diabetes, el sida, los viejos, los cuentos de las cuentas al contado, los que jubilan a los jubilados, los que se pasan nunca de la ralla, los que exhiben el móvil en la playa, los que hacen trato con la policía, malditos sean, malditos sean.